Dos meses y seguía sin poder pegar ojo. Persona activa, amante del deporte y los espacios libres; se veía ahora de sillón en sillón, penitente; antes enjuto, seboso ya de tantas visitas neuróticas a la nevera. Morfeo no realizaba parada alguna en su casa.
Lo intentó con infinidad de métodos sin obtener resultado satisfactorio. Los primeros días lo achacó al impacto de lo ocurrido, pero el tiempo pasaba y seguía en vela. Creía atisbar el origen de su incapacidad, pero aún no podía ni imaginar cuan profundo era este.
Podría tratarse de un mero problema físico. Buscó entre los anuncios de la prensa, en el amplio catálogo del domingo, algo que se ajustara a lo que conocía. No dio ningún resultado, y eso que, salvo por el color del cabello, era idéntica en todo lo demás. Lo intentó en dos ocasiones más con el clon, menos dinero en el bolsillo y mismo efecto insomne.
¿Habría errado en la planificación del problema? Dio el salto, probó con hombres, animales de lo más variopinto. Nada. Cerró el círculo: pasó noches acostado junto a su televisor, mesilla, maleta, y demás utensilios domésticos. Nada. Todavía estaba ahí su forma, intacta, a la derecha. Al fin se percató de que la única solución sería reintegrar lo desahuciado.
Eligió la noche con cuidado, cerrada, sin luna. Cargó con la pala y, silencioso, caminó hasta el lugar indicado. Nadie por los alrededores. Pese al tiempo transcurrido bajo tierra no había perdido la gracilidad y hermosura que le sedujeran en su juventud; o al menos así parecía a sus ojos nublados por las lágrimas de satisfacción derramadas ante la sugerente perspectiva futura.
Llevó el soma en una bolsa y lo encajó con suma delicadeza en el renacido lecho conyugal. Abrazado durmió, como un muerto.
Lo intentó con infinidad de métodos sin obtener resultado satisfactorio. Los primeros días lo achacó al impacto de lo ocurrido, pero el tiempo pasaba y seguía en vela. Creía atisbar el origen de su incapacidad, pero aún no podía ni imaginar cuan profundo era este.
Podría tratarse de un mero problema físico. Buscó entre los anuncios de la prensa, en el amplio catálogo del domingo, algo que se ajustara a lo que conocía. No dio ningún resultado, y eso que, salvo por el color del cabello, era idéntica en todo lo demás. Lo intentó en dos ocasiones más con el clon, menos dinero en el bolsillo y mismo efecto insomne.
¿Habría errado en la planificación del problema? Dio el salto, probó con hombres, animales de lo más variopinto. Nada. Cerró el círculo: pasó noches acostado junto a su televisor, mesilla, maleta, y demás utensilios domésticos. Nada. Todavía estaba ahí su forma, intacta, a la derecha. Al fin se percató de que la única solución sería reintegrar lo desahuciado.
Eligió la noche con cuidado, cerrada, sin luna. Cargó con la pala y, silencioso, caminó hasta el lugar indicado. Nadie por los alrededores. Pese al tiempo transcurrido bajo tierra no había perdido la gracilidad y hermosura que le sedujeran en su juventud; o al menos así parecía a sus ojos nublados por las lágrimas de satisfacción derramadas ante la sugerente perspectiva futura.
Llevó el soma en una bolsa y lo encajó con suma delicadeza en el renacido lecho conyugal. Abrazado durmió, como un muerto.
18 comentarios:
un poco macabro...pero con más fluidez que en días anteriores ;-) jeje.
Ángel... que yo voy por la tercera lectura y no llego a comprenderlo. Chiquillo, eres más complejo que Borges, que ya es decir... anda, mándame una pista a mi mail...
Es literal, se trata de algo que escribí allá por el año 98 (¡siglo pasado!) revisatado, pulido (espero, para bien); así que Dimi, según tú escribía mejor antes que ahora, habré de desaprender, que a veces es buena cosa.
Precioso, me encantó, me sorprendió. Los pelos como escarpias, oiga. O_O
Besazos.
(¿Y los bichitos invasores, cómo van?....espero que apenas les quede Granada.. :D)
Ayer lo alimenté un poco, fuí a un concierto de unos amigos rumberos, y hoy estoy pasando factura de los excesos... pero que bien sienta.
Sí, sí, estoy un tanto resacoso, pero bien, ya no me queda nada para salir del curro.
un poco terrible, ¿no?
me gusta...
Entrañable más bien, je, je, je.
Muy Berenice, no?
Gracias josean!
Buen día, "viejete", jeje XD
¿Cómo te fue el finde?
Besos postcumple, porque sí. :)
No tenía conocimiento de tu cumple, FELICIDADES, que seas muy feliz.
Ay! Me has puesto los pelos de punta!
Eva, el finde bastante bien, sábado con mis amigos y domingo un rato (poco que me agobio enseguida) con la familia; y de regalo varios libros interesantes (eso fué lo mejor, je, je)
Gracias esther!!
isterica, que en el afoto sales igual de guapa (y repeinada) que siempre...
No conozco a Berenice Sota, habré de ponerle remedio a eso.
Ahora caigo, ¿te referías al relato de Poe?
Claro. No se, me lo ha recordado. Y felicidades, por lo que parece...
Gracias sota.
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