lunes, abril 13, 2009

Subastas virtuales y robos en archivos

Ebay nació en septiembre de 1995 con el objetivo de unir a vendedores y demandantes de piezas de arte, en principio se trataba de un portal virtual sin muchas pretensiones, con un ánimo casi altruista, pero pronto su fundador Pierre Omidyar se dio cuenta del negocio que se traía entre manos y pasó a cobrar un seis por ciento de cada transacción comercial que se realizaba en su página web. En 2008, según datos de www.wikipedia.com, eBay tuvo un beneficio de 846 mil millones de dólares, cuenta con más de 168 millones de usuarios, lo que lo sitúa como el portal de subastes líder en Internet, por detrás de él se encuentra www.amazon.com.

Estos portales virtuales han aumentado la oferta que suponían las tradicionales casas de subastas. Trayendo consigo un cambio en este tipo de transacciones: ahora existe la posibilidad del anonimato, se proporciona una plataforma en la que el contacto entre el comprador y el vendedor es directo, lo que facilita la compra venta de objetos robados. Según el último informe sobre el robo de patrimonio bibliográfico en España (Delincuencia relacionada con el patrimonio bibliográfico, 2001) publicado por la Guardia Civil Española el intermediario entre el ladrón y el destinatario final de las piezas sustraídas es cada vez en mayor medida Internet.

Con anterioridad a la aparición de los portales virtuales de subastas el robo de documentación solía producirse por encargo, para alimentar las colecciones privadas de coleccionistas y bibliófilos con pocos escrúpulos, ahora el tipo de robo ha cambiado, se busca en mayor medida el beneficio económico. Ya no se trata de un enviado a sueldo que sustraiga la documentación requerida por el coleccionista, ahora se roba lo que se puede y se pone a la venta en alguno de estos portales a la espera de un comprador.

Llama la atención el caso ocurrido en Tamariz de Campos en el que el presunto ladrón habría sido el que era alcalde de la localidad vallisoletana, José Angel Blanco. Se trata de dos arcones con documentación que va de los siglos XIV al XIX y que, presuntamente, vendió el ahora ex-alcalde por 250 € a un anticuario y que posteriormente saldría a subasta en eBay por precios muy superiores al de la venta. Según la información recogida por el Norte de Castilla (10/03/2009), el edil se refirió a lo expoliado como a “unas arcas viejas sin valor y montones de papeles comidos por las ratas”, también reconoce que “nadie se paró a examinar los documentos”.

Quizá resida ahí la gravedad del asunto, sin menoscabo del delito que supone la venta ilegal de patrimonio documental público, en la falta de control y la ausencia de un censo completo del patrimonio documental de nuestra región pese a que en la Ley 7/2004 de Archivos y Patrimonio Documental de Castilla y León se exhorta a la creación del Sistema de Archivos de Castilla y León que tendría por finalidad, entre otras funciones, las de conservar y difundir dicho patrimonio.

Una vez más comprobamos que la mera legislación no sirve si no va acompañada de una buena dotación económica y de algo que podría ser aún de mayor importancia: la firme voluntad por parte de las administraciones de conservar y proteger un patrimonio que a todos pertenece.

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