jueves, diciembre 29, 2005

De ojos de pato

Según los últimos estudios –Norteamericanos, por supuesto- el stress es un medio de aviso ante un peligro, condición –maldición- que compartimos con la mayoría de animales. Realizaron el siguiente experimento –que con tesón pueden reproducir en sus granjas-: Cogieron unos patos y los pusieron en líneas –literal-, observaron que los patos que habían tenido la suerte de ocupar el centro del grupo dormían –protegidos- a pata suelta –con ambos ojos cerrados-, los de los extremos dormían con un ojo abierto y el otro no. El abierto observaba el exterior –supongo que a los experimentadores productores del stress patuno-, el que no estaba abierto no observaba nada. Lo curioso de los ojos –y de los patos- es que de cuando en cuando se cambiaban de lado, se daban un paseíto –los patos- y a cambiar de ojo.

El ojo –y el hemisferio cerebral correspondiente- que da al exterior se estresa ante el peligro que supone la inseguridad, el ojo interior –el no abierto- refleja el descanso de su parte de cerebro –suya de él, del ojo, y del pato-. Los turnos y paseos hacen que el pato en su conjunto –la parte reaccionaria y la progre- descanse, quedando completamente centrado para afrontar un nuevo día.

La aplicación práctica de este experimento es la siguiente: Si padece de stress –su trabajo, pareja, la vida- o es insomne –por cualquier otra razón (o por las mismas)- lo que tiene que hacer es adquirir los patos necesarios para rodear su lecho, estos velaran por su sueño y descanso. Al día siguiente comprobará como ahora –pese al acuciante stress- se encuentra centrado, preparado para afrontar con humor los chistes de sus compañeros de trabajo, con estoica amabilidad los empujones del metro, tareará alegremente las infames canciones del hilo musical del supermercado; será un tipo inmune, sin necesidad de hacer caso a los avisos que le envía su estresado cerebro poniéndole en guardia frente a tanta estupidez y mediocridad –o ante su esposa-. El refugio del cerebro, su exilio interior, y su descanso ha de estar entre patos, de lo contrario podría volverse crítico –y por tanto peligroso-, se plantearía dejar el trabajo, a la mujer, cerrar ambos ojos y descansar, descuidado, soñando...

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