Ante una nueva crisis económica miramos a la Bolsa, al Capital, como si de entes autónomos se tratara; nuevos dioses con sus intermitentes y caprichosos días de ira ante los que el hombre poco o nada puede hacer. Hemos dominado casi en su totalidad a la Naturaleza, ¿y no somos capaces de domesticar la base (y la cumbre) de nuestro Sistema? La religión reinante exige sus sacrificios, los popes del capitalismo a El nos ofrecen.
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