¿Qué contaros de Lola? No sabría por donde empezar. Nos conocimos una mañana de sábado; yo iba con mi novia, bueno, mi exnovia, ahora tengo a Lola. Estábamos curioseando por los puestos del mercado, intentando inspirarnos, buscando algo especial para comer. Ese sábado era nuestro aniversario, nada menos que cinco años juntos.
Antes que a ella percibí su olor, penetrante, fresco, como un soleado amanecer en el puerto. Allí estaba, inmaculada en su blancura. Comimos rodaballo en salsa de ostras, y almejas.
Por la noche decidimos salir a celebrarlo. En mi mente pululaba su recuerdo: Lola, Lola... Fue ella la que propuso ir a ese club. Ya entrada la noche pude apreciar su aroma impregnando la chaqueta de un camarero. Aprovechando que mi novia –ex– había ido al baño husmee por el local hasta dar con ella. Estaba sola, acomodada en una esquina de la barra. Parecía como si nadie osara perturbar su aura; toda la sala estaba abarrotada salvo ese mínimo espacio, el espacio de mi amada.
Sus ojillos acuosos me miraron, cuando me sonrió pude contemplar, extasiado, sus dientes, pequeños y levemente afilados. Sonreí. Hablamos y reímos. Decidimos continuar en otro bar. La gente se retiraba a nuestro paso creando un corredor humano por el que pasamos solemnes Lola y yo. Al salir pude entrever a mi novia entretenida con una de las gogós, saludé, nuestra relación siempre había sido liberal.
Hicimos el amor en la mesa de su casa, una gran mesa blanca; a Lola le ponen ese tipo de mesas.
Ahora estamos en el cuarto, escribo desde su portátil, observándola tumbada, cubierta a medias con una sábana verde. La luz de la luna entra por la ventana, su cuerpo resplandece, parece de plata, húmedo por el sudor. Las mejillas arreboladas. Podría estar el resto de mi vida contemplándola, estilizada y fresca; deleitándome en su fragancia, alimentado por el delicioso aroma de Lola, Lola la pescadera.
Antes que a ella percibí su olor, penetrante, fresco, como un soleado amanecer en el puerto. Allí estaba, inmaculada en su blancura. Comimos rodaballo en salsa de ostras, y almejas.
Por la noche decidimos salir a celebrarlo. En mi mente pululaba su recuerdo: Lola, Lola... Fue ella la que propuso ir a ese club. Ya entrada la noche pude apreciar su aroma impregnando la chaqueta de un camarero. Aprovechando que mi novia –ex– había ido al baño husmee por el local hasta dar con ella. Estaba sola, acomodada en una esquina de la barra. Parecía como si nadie osara perturbar su aura; toda la sala estaba abarrotada salvo ese mínimo espacio, el espacio de mi amada.
Sus ojillos acuosos me miraron, cuando me sonrió pude contemplar, extasiado, sus dientes, pequeños y levemente afilados. Sonreí. Hablamos y reímos. Decidimos continuar en otro bar. La gente se retiraba a nuestro paso creando un corredor humano por el que pasamos solemnes Lola y yo. Al salir pude entrever a mi novia entretenida con una de las gogós, saludé, nuestra relación siempre había sido liberal.
Hicimos el amor en la mesa de su casa, una gran mesa blanca; a Lola le ponen ese tipo de mesas.
Ahora estamos en el cuarto, escribo desde su portátil, observándola tumbada, cubierta a medias con una sábana verde. La luz de la luna entra por la ventana, su cuerpo resplandece, parece de plata, húmedo por el sudor. Las mejillas arreboladas. Podría estar el resto de mi vida contemplándola, estilizada y fresca; deleitándome en su fragancia, alimentado por el delicioso aroma de Lola, Lola la pescadera.
16 comentarios:
Hasta aquí llegó el aroma de Lola.
Me hiciste añorar el mar.
Muy bueno, Ángel. Últimamente estás "sembrao", eh?.
Beso bibalbo =)
Gracias, recojo la siembra y el beso. Yo también añoro el mar; en unos días va a tener que aguantarme de nuevo, la semana que viene vacaciones!!!
¿Entera?
O_o
Empiezo el jueves 14 hasta el 25 martes, lo necesito, estoy cansado por no decir harto.
El 14 es viernes, cielo. Comenzarás el jueves, 13, que ya es festivo, supongo.
Qué envidia más terrible me da.
Me hago un buena idea del nivel de tu hartura. Si es como el mío, debes estar dando botes en la silla.
Aprovecha, sé feliz, diviértete, relájate, disfruta...y todo eso que no podremos hacer el resto de mortales (lagrimilla).
El trece!!!, es verdad, que el 14 es el aniversario de la República y viernes. Quiero pegarme un pequeño viaje, puede que a Cadiz, o a A Coruña (que tengo un poco de saudade)
Ah, sí.., je...te vas con la celebración de la República y regresas con la de la Revolución de los Claveles. Eso está bien, acotando las buenas cosas entre celebraciones importantes. :D
Para uno que termina estupendamente, y ya recibo críticas... si es que... así no puedo abandonar mi pesimismo.
Gracias jose.
esta no me la sabía, cabronceteee...
qué te puedo decir...
Dime
no sabría acertar.
No capto tu mensaje.
no tiene importancia, es simplemente que estoy algo espesa, me cuesta trabajo comprender las palabras, supongo que necesito algo de concentración, y hoy no es el día apropiado. Verás, voy a hacer algo, lo imprimiré y lo disfrutaré con tranquilidad ¿vale? buen día.
Ok; ánimo para lo que queda del día.
es un relato precioso... me parece que no me va a quedar más remedio que enlazarte, si me lo permites...
Publicar un comentario