jueves, junio 01, 2006

La verdadera diversión

En el metro huele mal
Y no hay derecho a hacer nada:
“Prohibido escupir sangre”
“Prohibido fumar arenques”
“Los sitios indicados siete y ocho
Están reservados a los esqueletos
Y a los leprosos y a los jesuitas
Por orden de prioridad”.
Salimos, y ahí, hay que tirar
Los cadáveres a la papelera
Y en el Luxemburgo es igual
“No hay derecho a retozar”
“Hay que llevar los ataúdes atados”
“No hay que pisar a los curas”
Y para descansar el trasero
Es preciso que la sillera se haya largado
Ven a la taberna es mucho más bonita
Puedes traer tu palangana
Puedes escupir la sangre que quieras
Dejar que los ataúdes se diviertan
Bailar el suin encima de los curas
Y fumar cabezas cortadas.
¿No es mejor así? ¿No es mejor así?

VIAN, Boris. Cantinelas en jalea. Hiperión, 2005

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno¡¡

Bailar el suin encima de los curas, jo, me encantaría, jeje.

Besinos

Angel Martín Fernández dijo...

Sí que es bueno, me lo he comprado hoy con los dineros que me ha devuelto nuestra Agencia Tributaria. Versos por la libertad y contra los convencionalismos.

Esther dijo...

Sin palabras

Anónimo dijo...

A ti debo su descubrimiento esther, al leerlo me acuerdo de tus palabras.

Elena -sin h- dijo...

Yo quiero viajar en ese metro...