sábado, abril 30, 2011

Revolución y quema. Una espiral egipcia.

“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, está célebre máxima extraída de El Gatopardo de Lampedusa se podría aplicar perfectamente a los últimos acontecimientos acaecidos en Egipto, una revolución de la que todos los medios se han hecho eco resaltando su efectividad y pacifismo. Pero es este un mundo de espontaneidad donde las noticias en los medios de comunicación tienen muy poco recorrido, lo que impide que se profundice en los distintos acontecimientos. Aplicado al caso egipcio ha evitado que la opinión pública se cuestione el día después de la revolución, ¿qué sucederá ahora en el país de los faraones? Para empezar, el mismo ejército que decía estar al lado del pueblo y en contra de la plutocracia gubernamental ha seguido ejerciendo su particular forma de poder contra ese mismo pueblo al que decía defender, las torturas y palizas se suceden a plena luz del día en las calles del país. La policía y el ejército han procedido a borrar sus huellas de los archivos, la mayor parte de la documentación que podría perjudicarles está cayendo pasto de las llamas. Los principales artífices de la quema son los agentes de la policía secreta del anterior régimen, incendian e impiden que los bomberos se acerquen a los edificios gubernamentales que van cayendo bajo el poder del fuego; el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha pedido que los documentos que se afanan en rescatar los grupos de resistentes les sean entregados con la excusa de que ponen en peligro la seguridad del país y de determinadas personas, pero la realidad es que muchos de esos documentos salvados de la hoguera ya circulan por Internet, y no dejan en buen lugar al gobierno de Mubarak, demuestran que el rais manipulaba según le convenía a jueces, medios de comunicación y los procesos electorales, así mismo evidencian que se mantenía en mazmorras secretas a casi diez mil ciudadanos sin juicio ni acusación. ¿Qué pasará después?

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