sábado, diciembre 26, 2009

De lo privado

La privacidad está pasada de moda. La intimidad, ese derecho que tanto tiempo y esfuerzo costó conseguir para poder verlo reflejado en constituciones y leyes, es hoy una reliquia, un atavismo propio de las clases burguesas del siglo pasado. En éste, el XXI, lo que prima es la desnudez, la transparencia, el exhibicionismo. Entre nuestros jóvenes (y no tan jóvenes), no estar en la Red es casi como no existir, y ya sabemos que todo lo que se hace público en ella, antes o después, saldrá a la luz; Internet no tiene secretos. Ya con los programas televisivos del corte de Gran Hermano se intuía esta tendencia, pero ahora hemos pasado a la plaga, a la sospecha de que si alguien no muestra es que tiene algo que ocultar, y lo oculto es visto como negativo, no como privado. Pedimos a nuestros gobernantes la instalación de cámaras de video vigilancia en el espacio público, nos desnudamos en blogs y redes sociales, y ahora también escaneamos y compartimos las fotografías de nuestros antepasados en la Red, sin consulta ni pudor alguno. Aunque, ya se sabe que, el pudor tampoco está de moda.

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