viernes, mayo 16, 2008

Discapacidad

Cada día los levanto, a intervalos para poder preparar la ducha. Juan aún puede lavarse solo; mientas lo hace aprovecho para engrasar las ruedas y sustituir las baterías consumidas. Soy feliz, quiero a mi familia, por eso no puedo abandonarlas.

¿A ellos? Los asesiné y devoré sus cuerpos; a ellas, las sillas… no he podido… son… son de la familia.

No hay comentarios: