lunes, abril 09, 2007

Operación retorno

Vuelvo del viaje de la derrota. El sol absorbe mi odio rojo, todo mi amor oscuro. Ninguna nube que distraiga mis pensamientos de lo ocurrido. Nada, sólo una línea a seguir, continua, discontinua, discontinua. Otros viajeros luchadores de batallas que desconozco me adelantan, todos; discontinua. Y mientras, mis limpiaparabrisas no consiguen expulsar el agua que empaña la visión del camino. Abrir y cerrar y volver a cerrar para continuar ciego. Así, de manera tortuosa retorno a un no-lugar detestado: casa.

Abrir y cerrar; pero las nubes no abandonan mis ojos. Una voz conocida a la izquierda, la voz de la victoria, y su rostro en un frontón de pueblo. Cincuenta kilómetros hora, línea continua. Con claridad oigo su risa despectiva, ese sol odioso se refleja en una dentadura perfecta, ostentosa. Hacía ella dirijo mi furia de cien caballos. Piso un pedal que cede gustoso al sacrificio. Y rompo, con fuego de chapas y goma quemada una cara amada. Dientes lustrosos resquebrajados, pelos rojos y sangre de líquidos inflamables que estallan en un carnaval de adoración atávica. Sirenas y martillos neumáticos escarban la pared de la pelota donde diabólicos niños apedrearon perros carmesí prestos a un solícito fin expiatorio. Tatuados en piedra quedan los rostros del desencuentro. Fin de trayecto.

2 comentarios:

Esther dijo...

vienes fuerte....

me alegro de poder volver a leerte.

Anónimo dijo...

Gracias, espero estar a nivel