miércoles, enero 04, 2006

Descanso

Las diez y quince minutos A.M. Tomo la cucharilla y procedo al baile del café contenido en la taza; abro la prensa y enciendo un cigarrillo. Uno de los mejores momentos del día.

He sido cuidadoso, el lenguaje de signos que aprendí en el centro de enseñanza ha servido para distinguir la zona de mi reclusión. Un círculo rojo, una línea que lo cruza diagonalmente, en el fondo un cilindro blanco humeante. Señal de prohibido. En otro lugar el cilindro humea poderoso en su delirio nihilista sin barrotes que lo coarten. Aquí me siento. E inoculo.

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